El sacrifico de los animales se realiza en nuestras modernas instalaciones bajo unos controles máximos de higiene y seguridad alimentaria.
El proceso es en línea: partiendo del sacrificio, pasando a las sala de enfriamiento y traslado posterior a las mesas de procesado donde se realizan los diferentes cortes y envasado para acto seguido proceder al almacenaje en condiciones de refrigeración o congelación, consiguiendo de esta manera mantener intactas todas las propiedades de la carne de nuestro ovino mayor.